martes, agosto 06, 2013

Historia de las Ciencias

En la antigüedad el corazón se consideraba asiento de emociones, debido s su respuesta ante emociones intensas. 
Los egipcios lo consideraban el asiento del alma; antiguas pinturas en tumbas muestran la comparación entre el peso del corazón del difunto con una pluma de avestruz. Si el corazón era más ligero estaba libre de impurezas de pecado y la persona junto con su corazón podía ir al más allá, pero si el corazón era más pesado que la pluma, sería devorado por demonios y la persona estaría condenada eternamente.

La cultura maya por su parte incluye relieves en estuco que representan ritos religiosos donde se arrancaba el corazón palpitante del pecho de la victima de sacrificio.



A pesar de la importancia que tenía este órgano en la antigüedad, no se comprendía el funcionamiento del aparato, el simple hecho de que la sangre fluyera en su interior no se tenía del todo claro, y se consideraba que la hemorragia era como el agua que se filtra desde un cubo agujerado, pocos pensadores sospecharon que la sangre debía fluir internamente pero pensaban que era producida por el corazón o por el hígado y que únicamente realizaba un viaje de ida a los tejidos donde era consumida.

El Flujo de la sangre.


En la Antigüedad, la visión del flujo sanguíneo era distinta del de hoy en día.
Galeno en el siglo II d.C. observo que la sangre venosa y la sangre arterial son distintas; propuso que la sangre venosa se originaba en el hígado, mientras que la arterial se originaba en el corazón y desde los lugares de producción, esta se movía hacia los órganos donde era consumida.
Esta creencia se mantuvo durante 1500 años hasta que el médico inglés William Harvey  utilizando las matemáticas y la experimentación demostró que no funcionaba de esta manera; primero calculo que el número de latidos por día era de 48 000 (la cifra real es aprox. de 1000 000) y que el volumen movido con cada latido era de 5 ml  (la cifra real es aprox. de 80 ml) demostrando, a pesar de contar con cifras tan bajas,  que si el hígado y el corazón produjesen la sangre , tendrían que fabricar 200 kg de sangre nueva cada día, haciendo evidente que Galeno estaba equivocado.




Harvey diseño experimentos donde ató un torniquete en la parte superior del brazo lo suficientemente fuerte para detener el flujo sanguíneo en el brazo y observo que el miembro se tornaba frio y pálido y que al liberarse se volvía rojo y caliente. Asociando esta observación Harvey observo ligeras protuberancias en las venas y concluyo que estas eran las válvulas que su maestro Fabricio había descubierto antes, Harvey trató de masajear la sangre a la mano moviendo su dedo hacia abajo a lo lago de la vena siendo en vano; pero aplicando la misma técnica hacia arriba vaciaba fácilmente la vena de su contenido.
Harvey realizo este mismo experimento pero en las venas del cuello obteniendo un resultado opuesto llegando a la conclusión correcta de que las venas de todas las partes del cuerpo mueven la sangre hacia el corazón , y que el corazón la bombea de vuelta sin llegar a entender como pasa la sangre de las arterias a las venas.

Harvey anuncio sus descubrimientos en 1616, pero no se publicaron hasta 1628, cuando imprimió “Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus” Un ejercicio  anatómico sobre el movimiento del corazón y la sangre en los animales.

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